Ilustración Euro Montero

Mi abuelo murió una tarde de lunes

en el hospital del Torax

recuerdo que decir TORAX

era ver la entrada a la morgue

el llanto de mamá

mi graduación sin él

los diecisiete años con él.

En cada lado del esternón

tengo un tatuaje de flores

las flores que no llevo a mi abuelo

desde que murió aquella tarde

con el torax abierto y mal encajado

porque de qué servía ya

cerrarle bonito

a un muerto.

Después vino

Madrid

la pérdida de mi virginidad

una y otra vez                         el placer en eso:

la vida,

el hacerle frente

con los hombros bien alineados

(como me decían cuando mi abuelo aún estaba vivo:

recta/firme/sin joroba)

pero nunca más la voz de mi abuelo

que quedó muerto y mal cosido

con la clavícula adentro también

de aquel cajón de muerto.